El pasado viernes saltó una noticia que, no por esperada resultó menos impactante: Irene Montero, Ministra de Igualdad ha sido condenada por vulnerar el derecho al honor de un ciudadano (Rafael Marcos, ex pareja de María Sevilla, de Infancia Libre, que secuestró a su hijo durante años) desempeñando su función de Ministra de Igualdad.

Nos encontramos ante la primera condena a un Ministro por actos realizados en el desempeño de sus funciones. Se trata de una novedad importante, ya que los miembros del Gobierno y del Parlamento están protegidos por las declaraciones que vierten durante el desempeño de su cargo. Esto es así porque es una forma de garantizar que puedan desempeñar su función sin cortapisas, pues los miembros de los demás partidos no pueden iniciar acciones legales contra ellos por sus opiniones políticas.

¿Qué es diferente esta vez? Pues muy sencillo, que la Ministra, valiéndose de su posición, y para justificar un indulto, publicó una serie de acusaciones contra una persona sin pruebas. Manifestó que este hombre era un maltratador y un abusador. No solo ella, también Ángela Rodriguez Pam y Ana Pardo de Vera. Respecto de estas dos últimas, aún no se ha resuelto el tema respecto de la primera y se alcanzó un acuerdo en conciliación con la segunda (que, como informa Guadalupe Sánchez, una de las abogadas de Rafael, en el canal de Un tío blanco hetero, ayudó a probar la intromisión en el honor del demandante, no os perdáis la entrevista porque es muy buena).

El problema es que no hay pruebas, porque es falso, de que este señor haya sido condenado por ninguno de los delitos que en su día le fueron imputados y que fueron la base de la demanda civil contra la Ministra.

Traído a pie de calle esto es un ejemplo de la diferencia entre insultar y difamar. Cuando insultas a alguien llamándole imbécil no tiene por qué tener consecuencias (ojo con los colectivos minoritarios y los delitos de odio, en este jardín no me meto hoy), pero decir que tu vecino del quinto es un maltratador cuando no puedes probarlo con una sentencia, que tu vecina te roba la ropa del tendedero cuando no tienes pruebas o que tu expareja defrauda a hacienda sin tener la contabilidad en b que lo prueba te puede meter en un lío.

Pero no te preocupes, que no todo está perdido, si la has liado o te la han liado llámame y vemos cómo podemos salir del atolladero. En este caso han acudido a la vía civil, solicitando rectificación y una indemnización por los daños morales causados, pero no es la única forma. En Angulo Abogados estamos para ayudar.

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